Megaesófago en perros y gatos

En este artículo vamos a hablar sobre el megaesófago en perros y gatos, una patología que vemos con frecuencia en urgencias, pero que no es muy conocida por los tutores de las mascotas.

Para entender mejor en que consiste esta patología, vamos a comenzar hablando brevemente sobre el esófago, principalmente que es y que función tiene, para después hablar de sus principales patologías, y por último centrarnos en la patología que nos interesa a nosotros para este artículo.

 

¿Qué es el esófago?

 

El esófago es un órgano del aparato digestivo que conecta la laringofaringe con el estómago. Se divide en 3 partes: cervical, torácica y abdominal. Su principal función es el trasporte de los alimentos mediante lo que conocemos como “movimientos peristálticos”, que son contracciones de la musculatura del esófago a lo largo de toda su pared que permiten que el alimento avance hasta el estómago y no pueda retroceder.

Existen muchas patologías que afectan al esófago. Nosotros en este artículo nos vamos a centrar en el megaesófago, que es un tipo de dilatación esofágica. Para poder entender que es el megaesófago, primero tenemos que hablar sobre que es la dilatación esofágica.

La dilatación esofágica es el aumento del calibre del esófago que se acompaña de alteraciones del tono muscular y/o del peristaltismo. La principal consecuencia de que el esófago no funcione correctamente es que el alimento se queda en él, produciéndose posteriormente la regurgitación (o expulsión de alimento sin digerir del esófago).

 

¿Cómo se clasifican las dilataciones esofágicas?

 

Las dilataciones esofágicas se clasifican en dos tipos fundamentalmente, en función de si se produce desde el nacimiento (congénita) o lo desarrolla el animal adulto (adquirida):

  • Dilatación esofágica congénita
  • Megaesófago congénito idiopático: se desarrollará en el siguiente punto.
  • Dilataciones parciales y divertículos esofágicos: son similares a las dilataciones totales, con una frecuencia muy baja, sin causa conocida. Puede haber una discreta dilatación/hipomotilidad del resto del esófago.
  • Anomalías en anillos vasculares: la más frecuente es la anomalía congénita del cuarto arco aórtico derecho persistente, que es un residuo de la aorta que forma un anillo, el cual presiona el esófago, dilatándose la zona previa. Solo se ve una dilatación parcial.
  • Dilatación esofágica adquirida
  • Megaesófago adquirido: se desarrollará en el siguiente punto.
  • Divertículos esofágicos: muy poco frecuentes, normalmente secundarios a hernias musculares (traumatismos) o estenosis (estrechamiento).

 

¿Qué es el megaesófago?

 

El megaesófago consiste en la dilatación patológica y generalizada del esófago. Aparece en perros y gatos cuando hay una alteración en el tono y/o peristaltismo del mismo.

 

¿Qué tipos existen de megaesófago?

 

dilatación patológica y generalizada del megaesófago

 

Podemos clasificar el megaesófago en dos tipos, en función de en que momento de la vida del animal se produzca:

  • Megaesófago congénito idiopático: se produce en cachorros, nacen con ello.
  • Megaesófago adquirido: se produce en el animal adulto.

 

Megaesófago congénito idiopático

 

Es la causa más frecuente de dilatación esofágica en perros, y es rara en gatos.

Como su nombre indica, es congénito, es decir, nacen con ello, y es idiopático, es decir, la causa que lo produce es desconocida. Se cree que existe una inmadurez de la inervación esofágica al nacer, que predispone a sufrir esta enfermedad.

Se presenta en cachorros, y sobre todo tras el destete, puesto que los alimentos líquidos (leche materna) es mas sencillo que lo toleren, pero al introducir el alimento solido comienzan los síntomas clínicos de esta enfermedad. Aunque también hay en animales en los que los síntomas clínicos comienzan antes del destete, puesto que no toleran alimentos líquidos tampoco.

Algunos animales con megaesófago idiopático se recuperan espontáneamente al madurar.

 

Megaesófago adquirido

 

Se trata de una dilatación permanente y adquirida del esófago cuyos síntomas aparecen en el animal adulto de cualquier edad.

En estos animales no se recupera espontáneamente la función esofágica.

La causa puede ser por lesiones locales o generales:

Lesiones en el S.N.C. como hemorragias, tumores, etc.

Lesiones locales como la esofagitis

Enfermedades sistémicas como:

  • Miastenia gravis
  • Moquillo
  • Spirocerca Lupi
  • Lupus eritematoso sistémico
  • Hipotiroidismo
  • Intoxicación por metales pesados
  • Enfermedad de Addison
  • Tripanosomiasis
  • Polineuritis

 

Errores quirúrgicos con producción de lesiones en el vago, pero estas tienen que ser bilaterales. No obstante, después de una vagotomía bilateral, la dilatación y la ausencia de peristalsis normalmente es pasajera y vuelve a restablecer su normalidad. En los gatos tarda nueve meses.

También se ha descrito que puede estar producido por una causa psíquica por cambio de dueño o de ambiente.

 

¿Qué animales tienen mayor probabilidad de sufrir megaesófago?

 

En el megaesófago congénito hay razas de perros que tienen mayor probabilidad de sufrirlo, debido a la genética, por lo que los tutores deberían saber que el Pastor Alemán, el Gran Danés y el Setter Irlandés, están predispuestos a sufrir esta patología. En general afecta con mayor incidencia en razas de perros grandes excepto el Schnauzer miniatura que parece ser tiene una predisposición especial. El megaesófago congénito ocurre en 2 o 3 perros de cada 1.000.

En los gatos también existe predisposición racial, siendo el siamés la raza más predispuesta.

El megaesófago idiopático, no existe tal predisposición, se presenta en animales adultos, generalmente de razas de talla grande entre los 5 y 12 años.

 

¿Qué signos tiene un megaesófago?

 

dilatación patológica y generalizada del megaesófago

 

Los síntomas serán los mismos en el megaesófago congénito que en el adquirido, sólo cambia el momento de la aparición:

  • Megaesófago idiopático: al destete del animal.
  • Megaesófago adquirido: a cualquier edad.

 

El megaesófago es una enfermedad progresiva, con lo cual los síntomas se van agravando poco a poco, por lo que es muy importante como tutores estar atentos a los siguientes síntomas clínicos:

  • Regurgitación: el animal regurgita los alimentos sin digerir al poco de comerlos o incluso varias horas después. Los animales que padecen megaesófago jadean después de comer y están inquietos, regurgitan y vuelven a ingerir los alimentos regurgitados.
  • Tienen un apetito voraz.
  • Son más pequeños y delgados de lo normal
  • También se encuentran algo debilitados, más o menos según la cronicidad.
  • Suelen tener neumonía por aspiración, debido a la disfagia.
  • Puede haber halitosis debido a la fermentación de los alimentos retenidos en el esófago.
  • También pueden estar deshidratados y descalcificados.

 

Otros síntomas son: tos, sialorrea y los propios de patologías sistémicas.

 

¿Cómo se diagnostica el megaesófago?

 

Además de los signos clínicos descritos por el propietario y nuestra exploración física general en consulta, usaremos pruebas laboratoriales y de imagen para su diagnóstico.

Análisis de sangre completo:

 

  • En casos en los que se produce neumonía por aspiración se puede observar en el hemograma leucocitosis con neutrofilia, al tratarse de un proceso infeccioso.
  • En los casos en los que el megaesófago sea secundario a una patología sistémica, será necesario analizar los parámetros necesarios para diagnosticar dicha patología, por ejemplo:
  • Secundario a hipotiroidismo se recomienza analizar hormonas tiroideas (T4, TSH y T4 libre).
  • Secundario a enfermedad de Addison los electrolitos estarán alterados.

 

Radiografía simple: 

 

es el método utilizado para su diagnóstico diferencial. En ella se observa:

  • Mayor cantidad ele aire en el esófago de lo normal
  • Alimento retenido en el esófago
  • Desplazamiento ventral de la tráquea
  • Desplazamiento ventral del corazón
  • Suele haber neumonía por aspiración
  • Puede aparecer la silueta del esófago dilatado anterior al diafragma

 

Radiografías de contraste o Esofagograma. 

 

En éstos aparece:

  • Dilatación de todo el esófago torácico, incluso del cervical.
  • Retención del contraste anterior al diafragma.
  • Casi siempre se estrecha el esófago agudamente en el hiato. Se puede hacer una radiografía con el animal de pie sobre sus extremidades posteriores para apreciar el estrechamiento (no estenosis).

 

Tratamiento del megaesófago

 

Perro jugando para foto en hospital veterinario puchol

 

El tratamiento va a depender de la causa que lo está originando. Aun así, lo más importante del tratamiento es el tratamiento médico, es decir, cómo alimentar a un paciente que tiene megaesófago:

    • Debemos saber que el grado de dilatación del esófago no determina la gravedad del cuadro y habrá perros con dificultades para digerir comida sólida, mientras que otros no serán capaces de consumirla líquida. Tenemos que probar cuál es la textura que admite mejor nuestro perro.
    • Tanto el comedero como el bebedero deben estar colocados en alto, ya que manteniendo el esófago lo más estirado posible se consigue aprovechar la fuerza de la gravedad a la hora de hacer descender los alimentos de la cavidad bucal al sistema digestivo.
    • Tras la comida, es recomendable que el perro mantenga la postura vertical un mínimo de 10-15 minutos para asegurar que la comida llega al estómago. Para ello, se aconseja el uso una silla para perros con megaesófago, que se conoce como silla de Bailey.
  • Es buena idea repartir la ración diaria en varias tomas, 3-4, de forma que el perro consuma cantidades pequeñas más veces al día.
  • En cuanto al tipo de comida para un perro con megaesófago, como decimos puede seguir una dieta normal, pero prestando atención a la textura para ofrecer la que tolere mejor.

 

Además de asegurar que el animal se alimente correctamente, evitamos que surjan complicaciones, como la neumonía por aspiración, que aumenta la mortalidad de nuestros pacientes.

En algunos casos puede ser necesario el tratamiento con procinéticos, o si surgen complicaciones, como la neumonía por aspiración se les tratara con antibióticos.

En el caso del megaesófago secundario a enfermedades sistémicas, como por ejemplo, la enfermedad de Addison o el hipotiroidismo, es necesario el tratamiento de la patología primaria para la resolución del megaesófago.

El tratamiento quirúrgico consiste en una miotomía del esfínter esofágico inferior (corte muscular del esófago), pero este necesita complementarse con el tratamiento médico para ser efectivo. Sin embargo, no se han observado claros beneficios en el tratamiento quirúrgico del megaesófago idiopático, ya sea congénito o adquirido, por lo que no se suele realizar, excepto en casos en los que si se considere que está indicado.

 

Pronóstico

 

El megaesófago en perros adultos es irreversible, aunque algunos animales son capaces de sobrevivir muchos años con los cuidados adecuados, teniendo cuidado con la alimentación y prestando atención a la detección precoz de posibles complicaciones respiratorias. Por otro lado, como hemos mencionado en anteriores apartados, los cachorros con megaesófago congénito pueden llevar a cabo una vida completamente normal.

Ambos casos implican que el perro puede vivir con normalidad (si se cuida la salud del perro y se siguen las recomendaciones y tratamiento del veterinario). Sin embargo, el pronóstico será reservado si hay paralelamente neumonía por aspiración (de comida), ya que se aspirarán hacia tráquea y pulmones comida, produciendo neumonía con bajas probabilidades de supervivencia.

En Hospital veterinario Puchol tratamos diferentes tipos de patologías y buscamos dar la mejor respuesta para nuestros clientes. Si quieres saber más sobre la salud de perros y gatos, te dejamos algunos temas que pueden ser interesantes.

 

¿Te ha resultado interesante?
Facebook
Twitter
LinkedIn